El colecho: hasta cuándo

Una vez que se ha tomado la decisión de hacer colecho con nuestro bebé, se generan dudas acerca de si hay que poner unos límites temporales a esta práctica. Planean por nuestra cabeza las preguntas de hasta cuándo se debe dormir con el niño, cuando debemos terminar con el colecho y pasar al niño a dormir a su propia habitación y ¿cómo hacerlo de manera respetuosa?

El bebé recién nacido debe dormir cerca de sus padres

¿Debemos poner fin al colecho?

Cuando se trata de crianza todas las madres sabemos que existen numerosas opiniones sobre lo que es perjudicial o favorable para los hijos: chupete, biberón, pañales, destete, alimentación, tipo de juguetes y todo cuanto rodea a los pequeños.

Muchas veces nos dicen que esto o aquello está mal, que debemos hacer esto así, que por qué eso, que por qué lo otro. Un tormento de críticas ante diversas situaciones. Y el colecho no es una excepción.

Seguramente te has encontrado con que alguien cercano te dice que no debes dormir con tú hijo después de cierta edad, que debes enviarlo a su habitación y dejarlo llorar hasta que se acostumbre. Para ti eso es doloroso, no creo que a nadie le guste ver sufrir a su hijo. Por eso te llenas de dudas sobre qué es lo correcto. Tu instinto y tu experiencia te dicen otra cosa.

No te angusties, todo lo relacionado con la maternidad contempla aspectos que van desde lo instintivo y cultural hasta lo científicamente adecuado.

Con el colecho ocurre algo similar y es que no todos los padres coinciden en la edad precisa para empezar a dormir con su bebé o dejar de hacerlo y, a decir verdad, los expertos tampoco. Como ves, esto termina siendo una decisión absolutamente personal, discutida por el padre y la madre para el bien de su hijo.

¿Cuándo pueden dormir en su cuarto?

Si existe algún acuerdo es que es importante tenerlos en nuestra habitación durante los primeros meses, y que la forma más segura de hacer colecho es usando una cuna de colecho adosada a la cama familiar.

Si estás leyendo este artículo probablemente es la opción que has tomado y quizás en tu mente revoloteará la idea de llevarlo a su propia habitación, pero tengas dudas sobre cuándo es el momento oportuno y cómo hacerlo de manera respetuosa.

Pues ese es otro dilema en el que tampoco existe consenso. Algunos expertos opinan que hasta los cinco y otros que hasta los siete años. Sin embargo, la mayoría hacen hincapié en que cada caso es particular y la familia debe decidir lo que es más conveniente para el pequeño. 

No hay edad para terminar con el colecho

El psiquiatra Carlos González asegura que, en línea generales, los niños deciden dormir solos a partir de los tres años y que rara vez esto se prolonga más allá de los siete.

Es decir, que el “hasta cuándo” debe decidirlo la familia, según su situación particular. Por eso debes evaluar tus vivencias y hacerlo cuando sea oportuno para ti, tu pareja y tu hijo.

Quiero dormir con mi hijo

Jesús Garrido, autor de Crianza respetuosa nos dice:

“El deporte más extendido del mundo es explicar a los demás cómo criar a sus hijos. Todos sabemos cómo hacerlo cuando no somos los implicados”.

Y esto es verdad, todos nos dan consejos de lo que debemos hacer, y nosotros por presión social o por miedo a decir abiertamente que dormimos con nuestro hijo, lo ocultamos. El miedo a ser juzgados hace que no disfrutemos de lo hermoso que es dormir abrazados con nuestros hijos y de que terminemos por tomar decisiones apresuradas o perjudiciales.

La psicóloga infantil, Margot Sunderland escribió que:

“Los niños pueden sufrir ansiedad por la separación hasta los cinco años o más, lo cual puede afectarlos en la vida adulta. Esto se calma con el colecho”.

Si compartir la cama con tus pequeños te resulta satisfactorio y tranquilizante, entonces hazlo y dile adiós a los mitos y prejuicios. No serás la única, alrededor del mundo hay millones de madres durmiendo con sus hijos grandes y pequeños sin ninguna preocupación. Recordemos que lo más adecuado es aquello con lo que el grupo familiar se siente a gusto. Niños felices, padres felices.

Mi hijo está listo para dormir solo

A partir de los dos años, muchos niños comienzan a dar indicios de que están listos o desean dormir solos. Puede que no se sientan a gusto en nuestra cama y se vuelvan intranquilos, puede que se acerquen más a su habitación o quizá lo expresen abiertamente.

Muchos niños pueden pedir dormir solos

En todo caso, si notas que tu hijo está de alguna manera pidiendo ir a su cuarto podemos darle un empujoncito o ayudarlo para que ese proceso sea una experiencia positiva. Cosas que podemos hacer para animarle:

  • Hablarle al acostarlo.
  • Dejarle encendida una lamparita
  • Darle su juguete preferido para que le haga compañía.
  • Contarle un cuento o cantarle una canción
  • Acostarnos o sentarnos a su lado hasta que se duerma.
  • Implicarle en preparar su nueva habitación, donde se acostará solo pronto.

De todas formas, es muy probable que en ocasiones se levante en medio de la noche porque siente miedo o le hace falta compañía y vaya a nuestra cama en busca de consuelo y seguridad.

El proceso puede ser lento y tal vez vivamos un buen tiempo alternando entre el colecho y la independencia. Pero siempre debemos estar ahí para ellos.

Adios al colecho

En una entrevista comentaba el Doctor Iván Carabaño, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos:

“Si a los adultos nos consuela el abrigo social, con más razón en el caso de un niño que es más vulnerable. Al fin y al cabo, es lógico que ellos nos busquen, sobre todo de noche”.

Es por eso que siempre debemos recordar que en este proceso existen diversos factores culturales, emocionales y fisiológicos que se deben tomar en cuenta a la hora de tomar la decisión. Lo que no debemos hacer es sentirnos mal, angustiados o estresados, puesto esto afecta las relaciones familiares y al propio niño.

Basta leer o escuchar en las redes, en los consultorios y en las casas de amigos o familiares que hay experiencias distintas. Cada madre hace lo que puede y lo que cree conveniente. Hay padres que trasladan a los niños a sus cuartos muy pronto, pero otros mantienen el colecho hasta los cinco, seis, siete años o más.

Cada opción merece respeto, porque se han asumido como respuesta a las preferencias o circunstancias que los rodean.

Lo importante es entender las necesidades, tanto de los niños como de los padres. Ser flexibles y evitar la sobreprotección. Siempre debemos recordar que cada niño es único por lo que algunos querrán dormir solos por decisión propia y otros no.

Algunos pequeños necesitarán de una buena conversación y estrategia para, de manera gradual, comenzar a obtener autonomía e independencia. Tal vez tengamos que acompañarlos durante un tiempo. Lo importante es que la familia entera se sienta a gusto con la decisión y el método elegido.

Como ves, la palabra final la tienes tú.

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